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Relato Travesti Elvira latina en Nueva York


RELATO TRAVESTI: Elvira latina en Nueva York
Autor: topgun1169

Shemale Elvira en Nueva York. Bueno, hoy dispongo de bastante tiempo libre, así que voy a relataros una de mis últimas citas.

Esta pasada Semana Santa, aprovechando de unas merecidas vacaciones. Y con el tipo de cambio de Dólar americano por los suelos. Me fui a Nueva York (NYC), capital financiera del mundo (y casi capital del vicio…). La verdad es que esta Semana Santa ha sido la menos santa de mi vida. Con un generoso presupuesto para diversión, me recorrí todo tipo de discotecas de ambiente, clubes y, como no, los anuncios de Internet que siempre vienen bien. Durante las siete noches que estuve en NYC he estado con varias shemales, y entre ellas Elvira.


La travesti Elvira es una preciosidad de origen latino, delgada, de mi altura (1,75 aunque llevaba tacones). Morena, cabello negro, largo y liso, y muy femenina. Es preciosa de cara, morenita y de rasgos occidentales, con unos ojos marrones maravillosos que te enamoran en cuanto te miran. Unos labios dulces y encarnados, con una sonrisa que te lleva al cielo y una dentadura perfecta y blanquísima. Su cuerpo es magnífico; su piel morena canela, es lisa y suave. Sus brazos fuertes finalizan en unas manos grandes y firmes, y muy bien arregladas.

Sus pechos son redondos, turgentes y muy femeninos. Cintura delgada y vientre liso, que precede a unas caderas redondeadas y a un culo perfecto (ni grande ni pequeño), redondeado y duro. Finalizando en unas piernas largas y delgadas. Como veis una verdadera mujer de la que, de no ser por el excelente mimbro viril que esconde bajo sus braguitas, nadie sospecharía que hay un perfecto ángel del tercer sexo.



(Abajo os adjunto las fotos de su anuncio para que podáis ver una muestra)


Bueno, a lo que vamos… tras haber hablado con ella el día anterior (cuando me decidí por otra aventura que no mereció tanto la pena como esta), volví a llamarla y acordamos la cita. Eso si asegurándome de que era tanto activa como pasiva y que también practicaba la lluvia blanca. Por fin acudí a su apartamento. Pasamos a una habitación grande, muy limpia, estupendamente ambientada y funcionalmente decorada (los americanos no son muy buenos decorando) con una pared entera de espejo. Tras una puerta estaba el baño, me pidió darme una ducha. Al salir, ella me estaba esperando, de pie al borde de la cama, vestida con una camiseta, minifalda negra y zapatos de tacón alto. Pudiendo observar al trasluz de la lámpara su maravillosa silueta.


Sin mediar charla empezamos a acariciarnos las manos y los brazos mientras nos dábamos unos piquitos en los labios. Que rápidamente se convirtieron en acalorados y profundos besos. Nuestros labios se devoraban, mientras nuestras lenguas se entrelazaban con gusto, dejándome casi sin aliento. Pronto mis manos empezaron a acariciar sus estupendos pechos, redondos y duros. Mientras las manos de Elvira recorrían mi espalda de arriba abajo hasta llegar a mi culo. Culo que sus manos agarraban con fuerza, mientras su abdomen y vientre se apretaba contra mi miembro. Que ya se encontraba muy, muy duro.


Luego Elvira se puso de cuclillas empezó, con mucha dulzura, a besarme. Primero el vientre y los muslos, y luego, me bajo los calzoncillos y me siguió besando…. en la polla…. Sus besos se fueron convirtiendo en pequeños lametones y suaves mordiscos. Que hacían que cada vez se pusiese más dura. Entonces note como su mano derecha, que me estaba masajeando los huevos, se deslizaba hacia atrás. Empezando a estimularme el culito con su dedo corazón. Mientras sus preciosos labios habían empezado a chuparme la polla con gran dedicación. Y su mano izquierda la agitaba en la base del tallo, con suaves giros de muñeca.


Estaba cachondisimo. Con la visión de su preciosa cara engulliendo mi verga de adelante a atrás. Metiéndosela hasta la garganta una y otra vez. Mientras sus ojos miraban hacia arriba buscando los míos. Y a la vez por el gran espejo veía su fabuloso cuerpo. Agachado de cuclillas, abierta de piernas y con el culito en pompa, me había puesto cachondisimo. Le pedí que parara, la levante y empezamos a morrearnos de nuevo como dos perros en celo. Entonces fui Yo el que se arrodillo en el suelo, le subí la minifalda y empecé a recorrer sus preciosas bragas negras con mis labios. Dejando un leve rastro de saliva por todas ellas. Su miembro estaba tan duro, como un mástil, que parecía que iba a reventar las bragas.



Mis labios se amarraban con firmeza, sobre las bragas, en torno a él, mientras mis manos apretaban con fuerza el culo de Elvira. Al poco le baje las bragas, y surgió como un misil, empinándose hacia arriba, aquel maravilloso ejemplar de polla. Tamaño perfecto (20 cm. aprox. por 5 de ancho), morenita, recta y con una leve inclinación hacia arriba, desprendiendo un maravilloso aroma a mezcla de perfume de mujer, flujo seminal y fluidos anales (¡Qué rico!). Mi boca la absorbía con fuerza y mis labios iban recorriendo cada cm de la polla poco a poco. Mientras mis manos seguían agarrando con firmeza su culo que, ayudadas por sus fuertes manos asiendo mi cabeza, empujaban su cuerpo hacia mí, para clavar su polla en mi garganta .

Entonces le pedí más,… que me follara la boca,... y ella empezó a empujar mi cabeza con más fuerza, y la sujetaba fuertemente contra ella cada vez que la polla se encontraba entera en mi interior. Mis glándulas salivares no paraban de segregar y mi garganta, aunque las arcadas de pasión cada vez eran más continuas. En pleno delirio de placer intentaba cada vez metérsela más adentro. Cada una de las embestidas d Elvira era brutal, su polla se deslizaba por todos mis labios llegando hasta mi garganta que yo abría con más fuerza. A la vez que impregnaba totalmente su polla con mi abundante saliva que desbordaba por mi barbilla, al sacar la polla de mi boca.


Tras varios minutos de una felación de placer y delirio, le di media vuelta. Ella, todavía de pie, se apoyó con los brazos, inclinándose hacia delante sobre la mesita. Y empecé, de rodillas, a practicarle un buen beso negro mientras ella se pajeaba para evitar que se le bajase la erección. Con mis manos abría bien su culito y mi lengua se clavaba en su ano incansablemente provocándole bastante placer, por los movimientos de su culo sobre mis labios y sus gemidos intermitentes.


Elvira se quitó la camiseta y el sujetador de encaje negro. Se dio media vuelta levantándome y recostándome sobre la cama. Entonces me pregunto que quería hacer. Estaba tan cachondo que le dije que era su puta, que podía hacer conmigo lo que quisiese. Que me gustaría que me violase como a una puta… Ella sonrió pícaramente y me dijo: “¿quieres jugar fuerte eh?” Y mirándola de forma desafiante le dije : “si, venga.. Demuéstrame de lo que eres capaz!,.. Soy tu puta sumisa!” .


Entonces agarrándome con mucha fuerza me dio media vuelta. Me puso a cuatro patas, me agarro el culo fuerte con sus dos manos, hincándome las uñas. Y empezó a comerme el culo como una loca, lamiéndome lascivamente con su lengua. Desde los huevos hasta el agujerito, una y otra vez. Yo colaboraba todo lo que podía, agarrándome el culo con mis manos para abrirlo todavía más. En un momento paró y abrió el cajón de la mesita (que estaba lleno de artilugios, vibradores, dildos, bolas chinas, condones,…). Sacó…. unas esposas, me las mostro y me dijo : “¿Quieres jugar de verdad?”, yo respondí “¡Sí.. venga!”


Agarrándome fuertemente de las dos manos, me puso las esposas a mi espalda. Entonces se puso un condón y gel y me agarró del cuello. Hundiendo mi cara contra la almohada, y me dijo “¡Ábreme tu culo puta!” y empezó a penetrarme el culo. Ojete que, entre las jodiendas de los dos días anteriores y su beso negro, se había quedado bien estimulado.


Aunque las esposas me habían quitado movilidad y la postura, hincado de cara y hombros en la cama, no era muy cómoda. Yo movía mi culo en redondo coordinándome con sus vaivenes. Sus manos fuertes me sujetaban de las caderas, tirando de ellas hacia delante y hacia a atrás para acompañar con más fuerza las embestidas de su polla. Cada embestida era un delirio de placer. Sada cm de su polla se deslizaba a través de mi esfínter, hasta sentir el balanceo de sus huevos contra los míos. Notando como la punta de su capullo llegaba hasta lo más profundo de mi culo. Empujando todo mí ser, y haciéndome sentir como si el corazón se me fuese a salir por la boca.

Entonces sacaba toda su polla de mí, liberando del todo mi culo. Y, agarrándose la polla con una mano, mientras con la otra me sujetaba firmemente la cadera. Volvía a clavármela hasta lo más profundo de mi alma. Entre embestida y embestida, Yo giraba la cabeza para intentar mirarla, y ella me decía “¿Quieres más puta?... ¿Quieres más?” y yo respondía “Venga ¡dame más!”… “ ¡dame más!” y entonces ella me la clavaba de nuevo más fuerte.


Yo estaba cahondisimo, al borde del orgasmo, y ella seguía perforándome analmente y diciéndome guarradas y desafiándome, cuanto más preguntaba Yo más le pedía …“¿Quieres más fuerte puta?... ¿Quieres que te rompa el culo?” y yo “Sí rómpemelo!”….”Venga ¡dame más!”… “ ¡dame más!” y ella empezó a azotarme con su mano derecha en las nalgas mientras su polla seguía entrando y saliendo de mi culo, húmedo y desarmado, como una perforadora. Aunque las manos esposadas no me dejaban casi ni moverme el roce de mi polla, con las sabanas de la cama, mientras su polla seguía taladrándome, me hicieron llegar a un orgasmo salvaje “¡Me corro!”… ”¡Me cooorrrroooo!” y mi polla estallo en borbotones de semen, blanco y caliente, mientras Elvira recogía parte agarrándome la polla con su mano derecha, y que luego me esparcio por el abdomen, mientras no paraba de follarme.


Entonces yo intente, tumbándome, sacarle la polla para descansar por fin, pero Elvira me agarró fuertemente de la cintura y me dijo ”¿Qué te pasa puta? …¿No querías que te violasen?... ¿Ya no puedes más?”. De nuevo había vuelto el desafío. Lo cierto es que Yo estaba reventado, ya no podía más, …pero dejándome llevar por mi orgullo, y por lo caliente de la situación, le respondí “¿Quién no puedes más?...¿ Quién? … ¿ y a eso le llamas violar?... ¡Venga, joder, fóllame de verdad como a una puta!”.


Entonces fue cuando salió el diablo que Elvira llevaba dentro. Empezó a azotarme el culo con la palma de la mano con muchísima fuerza, mientras su cintura seguía dándome fuertes embestidas, clavándome su polla hasta lo más profundo de mi ser. En esos momentos Yo ya estaba totalmente rendido, agotado y al borde del delirio, mi cuerpo casi estaba inerte como si no sintiese nada, sencillamente era como si estuviese dejándome llevar sin ofrecer ningún tipo de resistencia, con todos los músculos del cuerpo distendidos, mi culo totalmente liberados, absolutamente dilatado, y deseando que se Elvira se corriera para poder descansar al fin.


Ahora su polla entraba y salía sin ningún tipo de resistencia, como si mi culo fuese un pedazo de manteca que perforar. Pero Elvira seguía follándome sin piedad con todas sus fuerzas, diciéndome guarradas y desafíos, a los que Yo ya ni podía ni responder….Así estuvo follándome un rato, hasta que de repente, empecé a sentirme de nuevo vigoroso. Estaba excitándome de nuevo. Mi polla empezó a coger grosor y aunque el culo estaba dilatado al máximo, intente empezar a mover sus músculos sin éxito, y empecé a menearlo en redondo para deleite de Elvira.


Elvira se dio cuenta y empezó a menearme la polla con su mano, mientras me seguía follando, que rápidamente volvió a ponerse totalmente dura. …entonces sacó su polla de mí, me dio media vuelta hacia arriba diciéndome “¡Mírame puta, como te follo!”… Me levantó las piernas hacia arriba y hacia atrás y, mientras me la clavaba, me dio un profundo morreo, se irguió, me escupió en la boca, y volvió a morrearme lascivamente. Yo estaba totalmente inmóvil, mis manos atadas a la espalda, y Elvira, agarrándome con una mano una pierna (para que siguieran hacia arriba) y con la otra mano pajeándome la polla, no cesaba de follarme como a una bestia, mientras me miraba a los ojos, con sus preciosos ojos marrones, y me decía “¡Aprieta el culo puta!... ¡Aprieta el culo!......¡Haz que me corra!”.

Elvira estaba cachondisima, al borde del clímax, y entonces, al darme cuenta, yo empecé a gritarle : “¡Quiero tu leche! … ¡Córrete en mi cara!...¡Dámela toda! ..venga… ¡Córrete en mi boca!”.


Entonces Elvira saco su polla rápidamente se quitó el condón y se vino de rodillas frente a mi cara. Con su brazo fuerte, empezó a menearse la polla con desenfreno, mientras su lengua relamía sus labios y me decía “¡toma mi leche,… puta!” Y yo:” Córrete en mi boca!....¡Venga, córrete en mi boca!” y abría mi boca sacando mi lengua mientras la miraba a los preciosos ojos. Al poco su cuerpo se puso rígido, sus ojos se desencajaron y su boca empezó a gemir “¡ooohhh!... ¡ooohhh!... ¡ooooooohhhhhh!”. De su polla empezaron a manar un montón de chorros de leche cálida y densa que caían sobre mi lengua y mis labios y ella seguía jadeando sin parar de meneársela “¡ooohhh!.. ¡ooh!”.

Entonces levantando, como pude, el cuello la metí de nuevo en mi boca, succionando su polla, como si de un bebe con un biberón se tratará, logrando extraerle las ultimas gotas de semen que le quedaban. De pronto Elvira me la sacó de la boca, se agacho, y empezó a besarme la boca y los labios, relamiendo la leche que se desbordaba de mi boca, y entrelazando su lengua con la mía para volver a depositar su leche en mi boca, y deleitándose con el sabor de la esencia creada por la mezcla de mis flujos salivares y su propio semen.


Mientras tanto su mano izquierda seguía meneando mi polla sin parar, y tras unos minutos morreándonos se bajó hasta mi cintura y empezó a dedicarme una dulce y suave felación. Estaba claro que la violación se había acabado, y ahora me dedicaba una tierna mamada final. Sus labios repasaban de arriba abajo cada cm. de mi polla, salivando abundantemente, mientras su mano me agitaba la polla con avidez. Al cabo de un rato llegue de nuevo al orgasmo, y para mi sorpresa Elvira se metió toda mi polla en su boca, mientras explotaba de pasión, corriéndome dentro de su boca.

Pero la sorpresa no acabo ahí… Cuando mi polla dejo de expulsar lefa, Elvira volvió sobre mí y a unos 5 cm. de altura de mi boca dejo caer en mi boca la descarga seminal que portaba en la suya, y después volvió a besarme con lascivia saboreando con nuestras lenguas la mezcla de nuestros propios sabores seminales y salivares. Al poco caímos los dos rendidos , me desato las manos y permanecimos un rato abrazados…

Aunque me hubiese gustado follarmela a mi también, no hubo posibilidad, el tiempo se había acabado y yo estaba extenuado. La llamé a los dos días, pero me dijo que tenía un servicio fuera de Nueva York. Regresaría en un par de días, pero ya era tarde. Para esa fecha ya estaba de vuelta de mis vacaciones de Semana ¿Santa?




Added on November 15, 2017 at 12:00 am

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